Anécdota: Poco antes de irme, recibí la noticia de que ese día que llegaba a Praga, uno de los programas doctorales a los cuales solicité, quería que realizara uno de los pasos de solicitud al programa que era hacer dos ensayos. Al hacerlos a distancia, y normalmente se hace en la misma universidad, en un tiempo establecido, rodeada de otros estudiantes y profesores, pues me dieron la opción de hacerlo por Skype. Consideré cambiar mi viaje para otra fecha y estaba un poco estresada al respecto, pero decidí entonces llevarme mi computadora y hacerlo en el cuarto del hostal. Una pequeña misión que les cuento ya mismo.
Llegar
Compré los pasajes por Ryanair, nuevamente, por menos de 100 euros (como el 99% de las veces). El vuelo es de 2 horas y media.
Dónde quedarse
Me quedé en Hostel One Prague por $47 en total, $23.50 por noche. Era un cuarto compartido de 6 personas, pero al ser temporada baja, tuve el cuarto entero para mí sola el cual incluía baño. Mi cuarto quedaba en el último piso y hasta creo que tenía todo ese piso para mí nada más.
Este hostal tenía una barra en el sótano que abría a las 8pm y a las 12 de la medianoche en adelante, cerraban y hacían un bar crawl por la ciudad los que les interesaba. Mis dos noches fui a la barra, sola, y fue de las mejores decisiones. Ya les contaré.
Ah, también, el que me atendió cuando llegué e hice el check-in, fue bien nice y me recomendó lugares para visitar y me dio un libro de guía de Praga. Los demás que trabajaban allí también eran amigables y hablaban de los diferentes sitios que habían visitado, cómo llegaron a trabajar allí, sus planes y de dónde eran. Siempre era interesante conocer esas historias.
Primer día
Llegué a mitad de tarde a Praga por lo que no pude hacer mucho. Después de establecerme en el hostal, luego de encontrar la manera de llegar porque pues… el checo es muy complicado, me fui a buscar dónde comer. Encontré un restaurante local llamado Lavička - Zaharadni Restaurant. Ahí comí el famoso beef goulash with potato dumplings y una cerveza local.
Luego, me fui a caminar un rato por la ciudad sin rumbo alguno. Casi al atardecer, encontré un parque (Riegrovy sady) el cual tiene unas buenas vistas de la ciudad y lo atravesé.
En mi caminata, llegué a Námêstí Míru (una plaza) donde se encuentra la iglesia de Santa Ludmila. Esta estaba cerrada, pero ver apreciarla de lejos y ver el atardecer espectacular fue más que suficiente.
Entonces, regresé al hostal para conectarme por Skype con mi universidad y realizar los ensayos. Por suerte, el wifi del hostal era fuerte y tenía el cuarto completo para mí (seguía rogando en mi cabeza que ahora de la nada llegara alguien nuevo al cuarto y me interrumpiera, pero no pasó). Estuve una hora y media en esto, sin que ellos supiesen que yo en realidad estaba en un hostal en Praga completando esta solicitud (porque nunca prendí la luz así que mi fondo se veía negro). Mi misión salió a la perfección, entregué mis ensayos y me fui a la barra del hostal yo sola para “celebrar” y pues porque no tenía más que hacer a las 8:30pm.
Obviamente, no conocía a nadie. Me salí de mi zona de comfort. Me senté en la barra y pedí una cerveza (okay, el alcohol era increíblemente barato; las cervezas costaban aproximadamente $1.30 y lo más caro de todo era como un vaso de whiskey a $4). Rápido comencé a hablar con el bartender y minutos después llegó un muchacho australiano a la barra, que también estaba solo y comenzamos a hablar. Poco a poco fue llegando más gente y conocí como a 2 personas más. Durante la noche, el australiano me pagó 2 cervezas, el bartender me regaló un shot y estuvimos hablando toda la noche.
Al final, la había pasado súper bien al tomar este riesgo. Ir a una barra, en otro país donde no conozco el idioma, completamente sola, atreverme a hablarle a extraños y aceptar que me compraran cervezas. Al final de la noche, todos decidieron irse al bar crawl y yo regresé a mi cuarto a dormir.
Segundo día
Por la mañana, fui a un pequeño coffee shop a desayunar, cerca de mi hostal, llamado Žižkavárna. Recuerdo que fue la primera vez que intenté probar un café de matcha y lo odié. Me lo tuve que bajar con un vaso de agua.
Comencé a caminar por la ciudad hasta llegar al Museo Národní, o el Museo Nacional de Praga. Este se compone de diferentes edificios, pero yo visité el edificio principal. Fue construido en el siglo 19 y contiene colecciones históricas y naturales/científicas.
Luego, fui a dar una vuelta por el Old Town Square. Es la plaza más vieja de la ciudad de Praga (data al siglo 10) y es donde están varias estructuras góticas importantes.
Aquí es donde pude visitar el Prague Orloj, o el reloj astronómico de Praga. Este reloj tiene más de 600 años, instalado en el 1410, haciéndolo el 3ro más viejo del mundo, pero el más viejo que aún funciona.
También, en la misma plaza, visité una iglesia que llama mucho la atención: Church of Our Lady of Tyn. Lamentablemente, no tengo fotos de su interior. Esta es una iglesia gótica del siglo 14.
Lo próximo en mi lista era ir al Castillo de Praga, el más grande del mundo según Guiness Book of Records (pero otras fuentes dicen que no, así que quién sabe). Este queda atravesando Charles Bridge. Curiosamente, este puente tiene una significancia matemática: el rey Charles IV puso la primera piedra del puente a las 5:31am en junio 23 de 1357 durante la conjunción de sol y Saturno, por la manera en que se escribe ya que es 1-3-5-7-9-7-5-3-1, un palíndromo. A este rey le gustaba la astronomía y la numerología, además de ser supersticioso.
De camino hacia allá, luego de cruzar el puente, me encontré St. Nicholas Church así que decidí entrar. Esta es una iglesia barroca del siglo 18, donde antes existía una iglesia gótica del siglo 13.
Ya a este punto del día tenía muchísima hambre y me antojé de comida italiana al ver que bastante cerca de la iglesia quedaba un restaurante italiano llamado Pivo & Basílico Caffe Restaurant. Súper bueno, con pasta fresca, buen vino y un ambiente tranquilo.
Finalmente, luego de comer, llegué al Castillo. Aquí está el Palacio Real, St. George Basílica, St. Vitus Cathedral, Golden Lane, el Palacio de Rosenberg y muchos otros palacios, jardines, edificios y torres. Ya ven por qué es el más grande. Este complejo data al siglo 9 y es la oficina oficial del Presidente de la República Checa. Desde el siglo 9 hasta la actualidad, ya pueden imaginarse toda la historia que hay respecto a este lugar.
Antes de regresar al centro de la ciudad y cruzar el puente nuevamente, visité Lennon Wall. es una pared dedicada a John Lennon que ha sido pintada y grafiteada múltiples veces desde los ‘80 con letras de canciones y retratos.
De vuelta al centro, visité nuevamente el reloj astronómico, pero esta vez subí a su torre. Ya era de noche y la vista de la plaza a esa hora era espectacular.
Al bajar, me quedé un tiempo apreciando la ciudad de noche en la plaza. Vi que habían muchas tienditas que vendían un postre local: Trdelnik. Está hecho de harina, enrollado para que parezca un cono, el cual se “hornea” en el fuego y se le echa azúcar (puede parecer un pretzel, pero con otra forma). Se le puede rellenar con helado y whipped cream. Me senté en un banco a comérmelo y recuerdo que me sentía tan tranquila, feliz, en paz, sin alguna preocupación en el mundo y sin prisa. Lo terminé y me regresé al hostal.
Al regresar al hostal, eran solo las 9:00pm más o menos. Me di cuenta que había gastado todo mi dinero en efectivo y en la barra del sótano no aceptaban tarjetas… así que pensé jugármelas (de verdad que no sé de dónde salió este atrevimiento). Bajé, me senté nuevamente en la barra con el bartender y comenzó mi actuación. Miré decepcionada mi billetera vacía, “sorprendida”. Le pregunto si aceptan tarjeta (ya yo sabía que no) a lo que me responde que no. “agh, okay, nevermind. I didn’t realize I spent all my cash today!” mientras cerraba mi cartera y me levantaba del asiento. Ahí es que me ofrece una cerveza por la casa. Llega mi amigo el australiano de la noche anterior y así fue la noche en que sin gastar ni un centavo, por atrevida y por confiar muchísimo en mi plan, bebí 3 cervezas y 3 shots gratis. Aquí nunca me hubiese atrevido a hacer algo así. Me amo en el extranjero, aunque me ponga en situaciones bastante peligrosas, pero divertidas para contar en el futuro.
Tercer día
En mi último día, fui a desayunar a La Bottega Bistroteka.
Luego, regresé al Old Town Square y entré a una iglesia que también es St. Nicholas Church. Esta es barroca y gótica del siglo 18 igualmente.
Después, por último, visité el Museo del Comunismo antes de regresar al aeropuerto de vuelta a Barcelona. Este está dedicado a presentar el régimen comunista en Checoslovaquia en general y Praga en particular, luego de la 2da Guerra Mundial. Tienen artefactos, entrevistas, fotos, arte, documentos históricos e instalaciones que trae esta historia a la vida.
Fun facts:
- Praga tiene el río más largo de la República Checa.
- Hitler quería preservar el área judía de la ciudad para retirarse y preservarlo como museo, conmemorando la “raza extinguida”. Mmm okay.
- Los locales beben más cerveza per cápita que cualquier otra nación en el mundo.
- El fun fact del Castillo y del Charles Bridge ya se los incluí en la guía, jeje.
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